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Revista estudiantil El Higuerón

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    El Higuerón. Edición Páramo. Siguiendo el camino del agua.
    Pontificia Universidad Javeriana. Facultad de Ciencias Sociales
    El hogar más antiguo fue el bosque. Refugio para seres humanos y animales, el elemento que predomina en su ecosistema es el árbol. Esta última palabra hace referencia a una planta orgánica con un tronco leñoso y con una serie de ramas que crean una copa frondosa de hojas. Sin embargo, es mucho más que eso. Por un lado, además de su carácter de morada, fue de los primeros elementos que los humanos consideraron como algo sagrado. De hecho, el templo más antiguo fue el bosque —ya nos lo recordó Baudelaire en el siglo XIX, luego de que nos olvidáramos de nuestros propios mitos y leyendas—. Por otro lado, es bien sabido que sin árboles no hay planeta como lo conocemos. A pesar de su importancia simbólica y su aporte a la estabilidad del medio ambiente, le hemos venido restando importancia —o más bien, vitalidad— con el paso del tiempo. No obstante, algo que nos ha mostrado la naturaleza es que el resurgimiento de la vida es posible. De hecho, luego de un incendio quedan las cenizas y, a pesar de que la recuperación del suelo depende de muchos factores, estas contienen nutrientes que permiten, al menos, una sensación de esperanza para el renacer. En realidad, no importa si la germinación se da por siembra natural o directa, lo primordial es que nazca un árbol: Siete cueros, Caucho Sabanero, Chicalá, Borrachero o Cucharo. En esta ocasión, quisiera centrarme en el Higuerón.